Esta persona, de unos 50 años
y quizá en una etapa de su vida en la que ya dejó hace tiempo de luchar por
metas imposibles, me indujo a tener sueños más factibles.
Me dijo que era bueno tener
sueños pero siempre teniendo los pies en el suelo.
¿Qué entenderá este hombre de
sueños? Pensé.
Le contesté esto:
¿Usted qué cree que le
dirían a Neil Armstrong de pequeño cuando hablara de estar un día en la Luna?
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