La magia dell'amore

Crecimos, y dejamos de creer que nuestros juguetes tomaban su propia consciencia cuando abandonábamos la habitación. Descubrimos que no existían monstruos, ni reyes magos, ni ratones que construían lujosas mansiones en auténtico diente tallado. Quisimos hacernos mayores y no pudimos seguir creyendo en hadas, príncipes, princesas, leyendas de magos. Pasamos a dejar de creer en lo fantástico, sin darnos cuenta de manera consciente de que poco a poco íbamos perdiendo el aroma especial con el que se perfumaba nuestra niñez. Satán pidió la entrega de nuestras fantasías más oníricas a cambio de una ansiada madurez, nuestras relucientes pupilas dejaron de parpadear inocentemente mientras escuchábamos atentos mirando hacia arriba y, entonces, la vida perdió su magia.

Cruces de caminos

La vida es un camino que se bifurca, a cada paso, en infinitos caminos. Son lo que llamamos posibilidades. Y nosotros elegimos por cuál continuamos. Nosotros elegimos. Sea bien o mal. Y, por supuesto, cada elección contendrá unas razones por las cuales nos decidimos a dar aquellos pasos en aquella dirección. Pero también tendrá un porqué, que tendremos el privilegio de descubrir más adelante. Sobretodo porque, cada una de estas bifurcaciones que escogeremos, nos llevará por un nuevo sendero que se cruzará con otros caminos por los que transcurren otros peregrinos. Y esta es una de las formas en las que la vida hace magia.

Atrévete

Atrévete a la posibilidad de equivocarte.
Corres el riesgo de sufrir, pasarlo mal, decepcionarte. Pero al final todo es pasajero y nada deja marcas. 
La certeza es que siempre ganarás algo: si no es aquello que buscabas, será un valioso aprendizaje que no está en ningún libro. 
Y, entonces, tu corazón quedará en paz contigo porque contestaste las preguntas que le inquietaban.